Pudo
Vaya manera de temblarle a la vida. De dejar que me aplaste con intenciones que chocan contra la pared. Sin permiso alguno ni tiempo para coger carrerilla y respirar. Que tu imagen en blanco y negro brilla en la oscuridad, en la de la sombra gris de los recuerdos nunca escritos, siempre en una memoria de usar y tirar. Deja que mi mirada estire la realidad y te vea a razón de como fue, pero jamás dejes que te vea tal como todo es ahora. El ahora que aplasta las manecillas del reloj y quita vida a tiempo de rayar las horas.
Perdida pensando qué harás, paso noches enteras sin soñar; sentada, sufriendo, y tú no estás...
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