Soy quien no digo ser. Enamorado de quien muestra lo que es.
En el lugar donde la mayoría de la gente quisiera estar. Entre las tinieblas.
No las típicas tinieblas, entre las sombras de los que saben y no saben actuar,
de quien le sale natural ser uno mismo. Y observo a quién se le da mejor, quién
miente. Ellos ven cara a cara, yo a los lados con sus perfiles, ninguno lo que
hay en el centro. ¿Qué hay? Negro. No sólo negro, sino todos los colores. Todos
los colores se ven reflejados en el negro, demasiado peligroso. Especial por su
textura, como el cristal. Igual o más frágil, y triste. Como la oscuridad
rodeando la luna o la luna hundiéndose en la oscuridad. Pero… quién sabe, el
centro no se ve.
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