6.11.10

1 Corintios 13



Si no tengo amor, de nada me sirve hablar todos los idiomas del mundo, y hasta el idioma de los ángeles. Si no tengo amor, soy como un pedazo de metal ruidoso; ¡soy como una campana desafinada!
Si no tengo amor, de nada me sirve hablar de parte de Dios y conocer sus planes secretos. De nada me sirve que mi confianza en Dios sea capaz de mover montañas.
Si no tengo amor, de nada me sirve darles a los pobres todo lo que tengo. De nada me sirve dedicarme en cuarpo y alma a ayudar a los demás.
El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie.
No es orgulloso.
No es grosero ni egoísta.
No se enfada por cualquier cosa.
No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho.
No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad.
El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo.
Sólo el amor vive para siempre. Llegará el día en que ya nadie hable por parte de Dios, ni se hable en idiomas extraños, ni sea necesario conocer los planes secretos de Dios. Las profecías, y todo lo que ahora conocemos, es imperfecto.


2 comentarios:

  1. ¿El que ama no es egoísta?
    Mientras tiene el objeto de su amor, no es egoísta... pero basta con perderlo para que el amor saque lo peor de uno mismo: el orgullo, el egoísmo, la envidia. Qué maldades podrá sacar el amor que tenemos escondidas y todavía no conocemos.

    ResponderEliminar
  2. Tienes razón. El amor te lleva de un extremo a otro sin control, y nunca sabremos hasta dónde somos capaces de llegar. Cada uno elige, después de haber aprendido, si merece la pena o no.
    Pero en este texto sólo se habla del amor cuando es mutuo, sólo aparece el extremo positivo. Ya pondré otro con el negativo.

    ResponderEliminar


Perdida pensando qué harás, paso noches enteras sin soñar; sentada, sufriendo, y tú no estás...