29.9.10

Ojos



No quiero un gato como yo; que me mime, que juegue, alocado, que cuando no le da el sol se ve negro y cuando le da se ve marrón claro. Si le buscas las cosquillas, aunque tenga sueño, se las encuentras; y le engañarás dos veces, tres veces, cuatro veces... pasado el tiempo incluso es posible que hasta cinco veces. Quizá se esconda cuando intuya peligro, pero a la hora de la verdad atacará si es necesario, porque también se pondrá hecho una fiera cuando se lo pida. Le puede jurar felicidad a una persona durante toda la vida y le basta para su propia felicidad las cosas más simples con las cuales se puede cansar, sí, pero iremos descubriendo más. Percibe la tristeza de un humano al igual que la mentira una máquina de la verdad y rápidamente intentará ayudarte aunque no se de cuenta de que puede resultar agobiante. Sé que va a estar ahí cuando lo necesite; un chasquido y… zas! Aquí está conmigo! Me dará incluso besitos y abrazitos. Que mire por la ventana durante horas y horas, que se quede con la mirada perdida, que se le cierren los ojos poco a poco como a los bebés. Gracioso, porque aunque no pueda reírse, me mira y entiende porqué sonrío. Lo cuidaré y me cuidará. Que sienta cuando le quieren de verdad, cuando le están dando amor, que no pueda resistir ronronear del placer que le produce querer y sentirse querido. O… sí! Qué coño, como yo, un gato con los ojos verdes.


No, quiero un gato como yo, pero ojos azules. No, no quiero un lobo como yo, quiero un lobo con los ojos marrones.



2 comentarios:

  1. existe un doble trasfondo en tu declaración, verdad Alicia?? ^^ el paso de gato a lobo queda perfecto

    ResponderEliminar
  2. SIEMPRE existe un doble transfondo :)

    ResponderEliminar


Perdida pensando qué harás, paso noches enteras sin soñar; sentada, sufriendo, y tú no estás...